Un diseño asimétrico que cambiará la
dimensión del tiempo. El Hamilton Jazzmaster Regulator libera los minutos del
yugo de las horas a través de un sorprendente y asimétrico diseño.
Unos relojes que ponen de manifiesto
la experiencia de la marca en transformar una pieza de relojería tradicional en
una obra contemporánea. En este caso, el movimiento regulador actúa como un experto
instrumentista introduciendo la nota innovadora en la apariencia externa. El
resultado es una armonía de precisión y elegancia para los usuarios que saben
apreciar la arquitectura relojera original con un atractivo toque de estilo.
La complicación del regulador apareció
por primera vez en el siglo XVII y fue utilizada por los relojeros para medir
los resultados de sus creaciones. Estrechamente ligado a la marca, asociada
entonces, en 1890, al “Reloj de la precisión ferroviaria”, el regulador fue
igualmente adoptado por el personal de ferrocarriles, que depositó en él su confianza,
reconociendo así su gran contribución a la seguridad. El movimiento exclusivo
H-12 del actual Hamilton Jazzmaster Regulator reinventa la cara del reloj,
confiriéndole una apariencia única, en la que los minutos gozan de la soñada
emancipación, en una esfera de independencia. La separación de las agujas
minutera y horaria en diferentes ejes y subesferas permite llevar buena cuenta
del tiempo y saber la hora con exactitud, de un solo vistazo, en todo momento.
Al interior de esta obra de diseño contemporáneo, donde cada segundo y cada
minuto cuenta, la precisión sigue viva y, más experimentada que nunca, para que
sus usuarios no pierdan ni un minuto ni un segundo de su vida.
La familia del Hamilton Jazzmaster
Regulator está constituida por un trío de relojes. Cada uno de ellos presenta
una interpretación distintiva y fascinante de la fusión entre tradición y
modernidad. Los números aplicados destacan sobre esferas azules o plateadas. El
contraste es un tema recurrente, ejemplificado por la doble capa de la cara, donde
los contadores poseen un acabado tornasolado, mientras que la superficie que
los enmarca, uno opalino. La atractiva asimetría aparece subrayada por la
inclinación de la aguja horaria que ocupa, segura de sí misma, el espacio
usualmente ocupado por los números, llevando así la cuenta, en solitario, de
los últimos 15 minutos. La opción de una correa de piel o de una pulsera de
acero inoxidable firma el estilo de estas dos piezas de relojería, diseñadas
para recompensar la precisión de manos de la estética.
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