La manufactura de Schaffhausen
perfecciona su Portugués Calendario Perpetuo, el especialista de los periodos
de calendario muy largos, dedicando a esta línea un cuidado especial y
ampliándola con nuevos modelos: dos versiones en oro rojo y otras dos en oro blanco
que enriquecen esta familia. En realidad, técnicamente no había nada que
mejorar, dado que esta máquina del tiempo con su extraordinario calendario
perpetuo era ya un ejemplo de completa perfección.
Es el reloj Portugués que hubiéramos
podido imaginar en la muñeca de famosos navegantes. Un hombre sabio con la
clarividencia y el espíritu descubridor necesarios y con una idea concreta del
futuro. Porque el futuro es, precisamente, la competencia de este reloj tan
bello como impresionante desde el punto de vista técnico. En él sigue viviendo
con su complejidad y genialidad originales el calendario perpetuo inventado
hace 25 años, acompañado esta vez de un gran calibre IWC de la familia de
movimientos 50000 con siete días de reserva de marcha.
Es una combinación ideal para un
reloj complicado con indicación de la fecha, del día de la semana, del mes y
del año con sus cuatro cifras y con la representación perpetua de las fases de
la Luna. Las indicaciones del reloj se conmutan sucesivamente de forma
completamente autónoma, programadas mecánicamente y sincronizadas entre sí.
Esto sucederá automáticamente hasta febrero de 2100, cuando habrá que efectuar
una corrección. Pero hasta entonces, sólo con llevar el reloj en la muñeca, el
usuario aportará la energía necesaria al movimiento automático a través de la
cuerda Pellaton de doble trinquete que trabaja con la más alta eficiencia.
En el citado año 2100 habrá que
eliminar un día bisiesto al final del mes de febrero. Esta corrección, que
tendrá que efectuar un relojero, será necesaria debido al complicado calendario
gregoriano que nos asegura continuamente una duración casi invariable de los años.
Sería conveniente, por lo tanto, hacer la correspondiente observación a los
nietos o bisnietos. En ese año todavía tan lejano, también la corredera del
siglo habrá llegado al final de una larga cadena de transmisión y se adelantará
unos pocos milímetros para el completado del número del año, puesto que en
lugar del «20» indicado hasta entonces deberá aparecer el «21» del siglo
siguiente.
El nuevo Portugués Calendario
Perpetuo, de belleza imperecedera, conserva sus dos caras conocidas: uno de los
modelos está equipado con una indicación hemisférica de las fases de la Luna
casi universal, con una representación doble de una figura en miniatura del
satélite terrestre, tal como vemos realmente las fases de la luna en el
hemisferio norte o en el sur, esto es, invertidas lateralmente. Esta
particularidad óptica tiene que ver con el ángulo visual y con el punto de
observación diferente.
En una escala adicional retrógrada
también se pueden leer exactamente los días que faltan hasta la próxima luna
llena. El nuevo Portugués Calendario Perpetuo en oro rojo de 18 quilates con
indicación hemisférica de las fases de la Luna se diferencia del modelo
anterior en oro rosa por el tono más cálido del material de la caja. El segundo
nuevo modelo, la versión en oro blanco con esfera azul nocturno y acentos
plateados para el círculo de los segundos o el disco lunar, se presenta con una
bella combinación de colores. La representación simultánea de las dos lunas
funciona de la siguiente manera: no es precisamente el disco de la luna el que
se mueve, sino un disco de bastidores grabado como globo terráqueo con dos aberturas
circulares sobre un fondo plateado que tiene dos superficies azules en un plano
horizontal. De esta forma, la luna del hemisferio sur se indica invertida o
invertida lateralmente respecto a la luna del hemisferio norte.
Existe una segunda versión deI
Portugués Calendario Perpetuo con la clásica representación de bastidores de
las fases de la Luna vistas desde el hemisferio norte. En este escenario en
miniatura, el satélite terrestre sale por la izquierda detrás del bastidor
semiesférico, se muestra en el centro como luna llena y se pone otra vez por la
derecha detrás del segundo bastidor semicircular. Pequeñas estrellas acompañan
al satélite sobre el disco lunar. Los dos nuevos relojes con la representación
de la Luna en bastidores están alojados en una caja de 44,2 milímetros de
diámetro al igual que sus modelos gemelos: la variante en oro rojo de 18
quilates con esfera de color plateado, apliques de oro rojo macizo y una luna dorada
con oro rojo rodeada de pequeñas estrellas, así como el modelo muy sobrio en
oro blanco de 18 quilates con apliques rodinizados y esfera color pizarra.
Por lo que respecta a la Luna, esta
indicación astronómica de central importancia incorporada en el Portugués
Calendario Perpetuo puede competir con la precisión de instrumentos científicos
de medición: debido al espacio disponible, la transmisión de los engranajes se
modificó para estos modelos de reloj – y solamente para ellos –, de tal manera
que la indicación del ciclo lunar se realiza con una exactitud no conocida hasta
el presente. Solamente al cabo de 577 años se acumulará en una desviación de un
día un mínimo error residual de 12 segundos por período lunar (29 días, 12
horas, 44 minutos y 3 segundos). Esto significa, en otras palabras, que según
el estado actual de los conocimientos, únicamente la Luna en el firmamento es
más exacta que este reloj. Pero lo es apenas un poquito.
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