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lunes, 24 de marzo de 2014

Un nuevo reloj de belleza imperecedera.

La manufactura de Schaffhausen perfecciona su Portugués Calendario Perpetuo, el especialista de los periodos de calendario muy largos, dedicando a esta línea un cuidado especial y ampliándola con nuevos modelos: dos versiones en oro rojo y otras dos en oro blanco que enriquecen esta familia. En realidad, técnicamente no había nada que mejorar, dado que esta máquina del tiempo con su extraordinario calendario perpetuo era ya un ejemplo de completa perfección.
Es el reloj Portugués que hubiéramos podido imaginar en la muñeca de famosos navegantes. Un hombre sabio con la clarividencia y el espíritu descubridor necesarios y con una idea concreta del futuro. Porque el futuro es, precisamente, la competencia de este reloj tan bello como impresionante desde el punto de vista técnico. En él sigue viviendo con su complejidad y genialidad originales el calendario perpetuo inventado hace 25 años, acompañado esta vez de un gran calibre IWC de la familia de movimientos 50000 con siete días de reserva de marcha.


          Es una combinación ideal para un reloj complicado con indicación de la fecha, del día de la semana, del mes y del año con sus cuatro cifras y con la representación perpetua de las fases de la Luna. Las indicaciones del reloj se conmutan sucesivamente de forma completamente autónoma, programadas mecánicamente y sincronizadas entre sí. Esto sucederá automáticamente hasta febrero de 2100, cuando habrá que efectuar una corrección. Pero hasta entonces, sólo con llevar el reloj en la muñeca, el usuario aportará la energía necesaria al movimiento automático a través de la cuerda Pellaton de doble trinquete que trabaja con la más alta eficiencia.

En el citado año 2100 habrá que eliminar un día bisiesto al final del mes de febrero. Esta corrección, que tendrá que efectuar un relojero, será necesaria debido al complicado calendario gregoriano que nos asegura continuamente una duración casi invariable de los años. Sería conveniente, por lo tanto, hacer la correspondiente observación a los nietos o bisnietos. En ese año todavía tan lejano, también la corredera del siglo habrá llegado al final de una larga cadena de transmisión y se adelantará unos pocos milímetros para el completado del número del año, puesto que en lugar del «20» indicado hasta entonces deberá aparecer el «21» del siglo siguiente.
El nuevo Portugués Calendario Perpetuo, de belleza imperecedera, conserva sus dos caras conocidas: uno de los modelos está equipado con una indicación hemisférica de las fases de la Luna casi universal, con una representación doble de una figura en miniatura del satélite terrestre, tal como vemos realmente las fases de la luna en el hemisferio norte o en el sur, esto es, invertidas lateralmente. Esta particularidad óptica tiene que ver con el ángulo visual y con el punto de observación diferente.
En una escala adicional retrógrada también se pueden leer exactamente los días que faltan hasta la próxima luna llena. El nuevo Portugués Calendario Perpetuo en oro rojo de 18 quilates con indicación hemisférica de las fases de la Luna se diferencia del modelo anterior en oro rosa por el tono más cálido del material de la caja. El segundo nuevo modelo, la versión en oro blanco con esfera azul nocturno y acentos plateados para el círculo de los segundos o el disco lunar, se presenta con una bella combinación de colores. La representación simultánea de las dos lunas funciona de la siguiente manera: no es precisamente el disco de la luna el que se mueve, sino un disco de bastidores grabado como globo terráqueo con dos aberturas circulares sobre un fondo plateado que tiene dos superficies azules en un plano horizontal. De esta forma, la luna del hemisferio sur se indica invertida o invertida lateralmente respecto a la luna del hemisferio norte.
Existe una segunda versión deI Portugués Calendario Perpetuo con la clásica representación de bastidores de las fases de la Luna vistas desde el hemisferio norte. En este escenario en miniatura, el satélite terrestre sale por la izquierda detrás del bastidor semiesférico, se muestra en el centro como luna llena y se pone otra vez por la derecha detrás del segundo bastidor semicircular. Pequeñas estrellas acompañan al satélite sobre el disco lunar. Los dos nuevos relojes con la representación de la Luna en bastidores están alojados en una caja de 44,2 milímetros de diámetro al igual que sus modelos gemelos: la variante en oro rojo de 18 quilates con esfera de color plateado, apliques de oro rojo macizo y una luna dorada con oro rojo rodeada de pequeñas estrellas, así como el modelo muy sobrio en oro blanco de 18 quilates con apliques rodinizados y esfera color pizarra.
Por lo que respecta a la Luna, esta indicación astronómica de central importancia incorporada en el Portugués Calendario Perpetuo puede competir con la precisión de instrumentos científicos de medición: debido al espacio disponible, la transmisión de los engranajes se modificó para estos modelos de reloj – y solamente para ellos –, de tal manera que la indicación del ciclo lunar se realiza con una exactitud no conocida hasta el presente. Solamente al cabo de 577 años se acumulará en una desviación de un día un mínimo error residual de 12 segundos por período lunar (29 días, 12 horas, 44 minutos y 3 segundos). Esto significa, en otras palabras, que según el estado actual de los conocimientos, únicamente la Luna en el firmamento es más exacta que este reloj. Pero lo es apenas un poquito.
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