Durante mucho tiempo, la línea
Portofino de IWC ha sido considerada la estrella oculta de la cartera de la
manufactura relojera de Schaffhausen. Pero, desde que se inició la ampliación
constante de la línea, está atrayendo más la atención de los amantes de los
relojes, a los que les entusiasma con su diseño minimalista y su reservada
elegancia. A la familia se le suma ahora un nuevo miembro en la figura del Portofino
Cuerda Manual Clásico Puro, un reloj que con encanto supremo y gran estilo
personifica el arte de la discreción.
Difícilmente podríamos llevar un
reloj más sencillo: dos agujas y cuerda manual, y nada más que pueda distraer del
diseño purista y la configuración diáfana de la esfera.
La auténtica elegancia se consigue
practicando el arte de omitir. El Portofino Cuerda Manual Clásico Puro
prescinde de atractivos visuales y consagra su presencia entera al servicio de
la medición del tiempo. Por lo demás, irradia profunda serenidad y fascina con
belleza en estado puro. El cristal frontal de canto arqueado no solo hace que
parezcan más reducidos a la vista los 43,5 milímetros de diámetro de este armónico
reloj, sino también que su lenguaje formal cause un efecto especialmente
clásico y equilibrado gracias a la variante tradicional del cristal. Para
mantener la impresión conjunta dentro de la mayor contención posible, se ha
optado incluso por trasladar la indicación de la reserva de marcha al dorso del
reloj, donde se puede consultar a través del fondo de cristal de zafiro.
El calibre 59060 de cuerda manual de
la manufactura IWC es conocido por su gran duración: con toda la cuerda dada,
el reloj proporciona exactamente 192 horas u ocho días de precisa exactitud de
marcha sin que haya que hacer nada más. Solo una vez transcurrido ese tiempo,
el dueño del reloj tendrá que proporcionarle nueva energía haciendo girar la
corona. El dorso del movimiento está dominado por dos grandes puentes que tapan
el movi miento entero, excepto el volante. Se trata de un diseño contemporáneo
del movimiento que proporciona un alto grado de robustez y fiabilidad. El
puente superior alberga el barrilete, el diferencial y el mecanismo de la cuerda;
el inferior, la indicación de la reserva de marcha, la cual por otra parte
cubre también el puente del tren de ruedas situado debajo. Todos los puentes
están delicadamente ennoblecidos con Côtes de Genève. Además, el movimiento
incorpora un volante sin raqueta; la regulación de precisión del mismo se
efectúa a través de cuatro tornillos de regulación dorados situados en el aro
del volante. El volante, como es usual en movimientos modernos, oscila con una
frecuencia de 4 hercios, es decir, 28 800 semioscilaciones por hora. Con ello,
junto a la espiral Breguet, curvada conforme a la antigua tradición relojera,
se asegura la elevada precisión de marcha del reloj.
Con un enfoque claro hacia la
tecnología y el desarrollo, la manufactura suiza de relojes IWC Schaffhausen
lleva fabricando desde 1868 relojes de valor duradero. La empresa se ha hecho
un nombre en todo el mundo gracias a su pasión por soluciones innovadoras, su
espíritu inventivo y gran habilidad técnica. Como una de las marcas punteras a
nivel internacional en el sector de los relojes de lujo, IWC fabrica obras
maestras de la Haute Horlogerie que reúnen ingeniería y precisión con diseño
exclusivo. Como empresa con responsabilidad ecológica y social, IWC apuesta por
la producción sostenible, apoya a instituciones a escala mundial dedicadas al
trabajo con niños y jóvenes y coopera con organizaciones comprometidas en la
protección del clima y el medio ambiente.
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